viernes, 7 de diciembre de 2007

LIDERAZGO CON PROPÓSITO LECCIÓN 6


Cómo se enfrenta un líder a los que se le oponen

El cuarto capítulo de Nehemías se refiere a la estrategia de batalla; las tácticas de los oponentes, los efectos de esa oposición, y la respuesta correcta del líder.

1. Un líder hace frente a la oposición.
LAS TACTICAS DE LOS OPONENTES: “Cuando Sambalat se enteró de que estábamos reconstruyendo la muralla, se disgustó muchísimo y se burló de los judíos. Ante sus compañeros y el ejército de Samaria dijo: ¿Qué están haciendo estos miserables judíos?¿Creen que se les va a dejar que reconstruyan y que vuelvan a ofrecer sacrificios?¿Piensan caso terminar en un solo día?¿Cómo creen que de esas piedras quemadas, de esos escombros, van a hacer algo nuevo? Y Tobías el amonita, que estaba junto a él, añadió:¡Hasta una zorra, si se sube a ese montón de piedras, lo echa abajo!” Neh 4:1-3.
El ridículo es la primera táctica que suelen escoger nuestros enemigos, como lo ilustra este pasaje. Después de tantos años, es una estrategia que todavía funciona hoy. El ridículo es constante, y es eficaz porque ataca a nuestra autoestima. Lo podemos soportar casi todo, menos el ridículo.
El ridículo es siempre el sustituto del razonamiento, como vemos en el ataque de Sambalat. La exageración de las acusaciones es una táctica típica del ridículo. Primero crean una imagen falsa de lo que sucede, y después tratan de tirarla al suelo. Más aun, el ridículo es algo contagioso. La forma más rápida de esparcir un rumor es alimentarse en los miedos que tiene la gente.
Los rumores se caracterizan por dos cosas:
1) Siempre los esparcen los que están más cerca del enemigo. ¿Has estado rodeado alguna vez por gente negativa? Cuando lo estamos, también nosotros nos vamos volviendo negativos.
2) Los rumores se van exagerando a medida que se repiten. Creo que fue Hitler el que descubrió que si uno repite una mentira durante suficiente tiempo, la gente comienza a creerla.
EL EFECTO DE LA HOSTILIDAD. “Por su parte, la gente de Judá decía: “Los cargadores desfallecen, pues son muchos los escombros, ¡no vamos a poder reconstruir esta muralla!” Y nuestros enemigos maquinaban: “Les caeremos por sorpresa y los mataremos; así haremos que la obra se suspenda”” Neh 4:10,11
Cuando uno está trabajando fuerte y descubre que lo están bombardeando con el ridículo, los rumores y la resistencia, lo natural es que comiences a sentirte desanimado.
El desaliento tiene cuatro causas principales:
A) La fatiga: “Los cargadores desfallecen”. Un cuerpo cansado puede causar un espíritu agotado y desalentado. Desacansa cuando puedas, para evadir este paralizador de proyectos.
B) La frustración. “Son muchos los escombros” Cuando estás trabajando en un proyecto tan gigantesco como el de Nehemías. Por lo general la frustración es un asunto de percepción.
C) El fracaso. “No vamos a poder reconstruir esta muralla” Vince Lombardi dijo: “La fatiga nos convierte a todos cobardes”
D) El temor. “Nuestros enemigos maquinaban: Les caeremos por sorpresa y los mataremos”. Una de las tácticas principales del enemigo consiste en inducir miedo.
Los enemigos siempre tienen dos metas: Estorbar a la Palabra de Dios y detener la obra de Dios.
¿CUÁL ES LA RESPUESTA CORRECTA A NUESTROS OPONENTES? Cuando te estén atacando, los líderes dependen de Dios. Nehemías oró. Nehemías 4:4,5. Qué manera más fabulosa de aliviar la tensión. Cuando te estén ridiculizando, no lo niegues; confiésalo. Apóyate en Dios.

2. Los líderes respetan a sus oponentes.
NO SUBESTIMES A TUS OPONENTES. Necesitamos reconocer y respetar la fuerza de nuestros enemigos. Está muy bien que le pidamos a Dios que nos proteja; decir por la noche en nuestro lecho: “Protégeme de los ladrones”. Sin embargo, también es necesario que nos levantemos y cerremos la puerta. Una petición sin precaución es una presunción. Mientras mayor sea la oposición, más fuerte será la respuesta que se necesitará. Si eres líder en tu negocio y quieres que otros te sigan, comienza a orar. La hostilidad corporativa exige una respuesta también corporativa.

3. Los líderes refuerzan sus puntos débiles.
REFUERZA TUS PUNTOS DÉBILES. Nehemías 4:13¿Sabes dónde se hallan tus puntos vulnerables en tu negocio? ¿Y en tu familia? ¿Dónde estás más expuesto a los ataques? Este es el principio que Nehemías nos está enseñando. Los buenos líderes saben cuáles puntos son vulnerables, y refuerzan esos lugares.
Cuando estés haciendo una presentación, de cualquier forma que sea, conoce tus debilidades; prevé las objeciones. Prepárate para lo que te puedan arrojar. Espéralo, porque lo más probable es que suceda. Pero si estás preparado, podrás evitar un desastre. Nehemías 4:16-20.
Los líderes tiene que edificar y presentar batalla al mismo tiempo. Si estás haciendo algo que tenga importancia en este mundo, alguien habrá que se te oponga. Nunca pelees solo. Cada vez que te tengas que enfrentar a la oposición, busca ayuda.

4. Los líderes reafirman a su gente.
REAFIRMA A TU GENTE. Nehemías 4:14. Cuando tu negocio, tu familia o tu iglesia estén bajo ataque, tu tarea como líder consiste en darle nuevas fuerzas a tu gente. Es bueno que recordemos las lecciones del pasado, pero Nehemías enfocó las cosas de la manera contraria. Su mensaje fue “Miremos al futuro”. Los exhortó a pelear por su vida. Él sabía que el pueblo respondería ante algo tan palpable. Así que el toque de la trompeta era una señal de reunión… una señal destinada a hacer que se sintieran seguros.

5. Los líderes se niegan a abandonar su labor.
NIÉGATE A ABANDONAR TU LABOR. Dondequiera hay críticos dedicados a ridiculizar y a esparcir rumores. Hay un dicho que es muy viejo y muy cierto: Cuando caminar es duro, los duros caminan. Los líderes son modelos de perseverancia. El líder es el último en darse por vencido; el último en abandonar el barco. El líder se niega a rendirse.



Un creyente desconocido escribió en una ocasión:



No me rendiré
Deseo abandonar, más no lo haré,
Pues de día y de noche,
Por Dios y por el bien
Todavía hay batallas que luchar.
Deseo abandonar, más no lo haré
Aunque enfermo me siento y es verdad,
Preocupado y sin ánimo, lo sé
Cansado y abatido y tanto más
A mí mismo me animo:¡No lo haré!
No podría rendirme:¡no jamás!
Mi armadura en el suelo no veré,
No me veré yaciendo derrotado,
Deseo abandonar, más no lo haré.
Que sea este mi ruego y mi cantar
Que Dios me fortalezca al caminar
Para seguir luchando contra el mal.
Aunque desee rendirme ¡no lo haré!.

La perseverancia es la prueba máxima del liderazgo. Es la prueba del ácido. Recuerda: El roble solo es una pequeña nuez que se negó a ceder.

Próxima Lección:
Lección 7 Cómo resuelve un líder los conflictos

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