Cómo organiza el líder un proyecto
“Pero todo debe hacerse de una manera apropiada y con orden” 1a. Cor. 14:40
La motivación sin organización lleva a la frustración. Una vez más, Nehemías nos ha facilitado un esquema que podemos seguir.
1. Un líder simplifica. Nehemías tenía un proyecto enorme, pero para organizarlo, tenía un plan sencillo. Si no necesitas una organización nueva, no la crees. Hay un viejo refrán que se aplica a esto: “Si no está roto, no lo arregles”. Las organizaciones más sólidas son las más sencillas.
2. Un líder selecciona un equipo. Muchos líderes se pasan el tiempo tratando de acorralar a los perezosos y los apáticos, en lugar de enfocarse a trabajar con los que quieren trabajar. “Los de Tecoa reconstruyeron el siguiente tramo de la muralla, aunque sus notables no quisieron colaborar con sus dirigentes” Nehemías 3:5 En todos los proyectos hay dos clases de personas: los que trabajan y los que esquivan el trabajo. Si eres líder, no te debes preocupar por los que no quieran involucrarse. Trabaja con los que se quieran involucrar. Esos son los que funcionan en equipo. Los líderes aman a todos, pero se mueven con los que se mueven.
3. Un líder delega. Cuando estés organizando, reparte tareas específicas. Divide el proyecto de acuerdo con las tareas a realizar, y después asígnalas a personas determinadas. Nehemías camino alrededor de todo el muro y lo dividió con todo cuidado. Cuando estés organizando proyectos, mantén las cosas sencillas, trabaja con los que quieran trabajar, y después dales tareas específicas. Delega el trabajo. He aquí las tareas que abarca esta labor de delegar:
A. Divide las grandes metas en tareas más pequeñas. Los grandes trabajos pueden parecer abrumadores, pero si los divides en tareas más pequeñas, se vuelven realizables.
B. Desarrolla descripciones de tareas que sean claras. Todos merecen saber qué es lo que se espera de ellos.
C. Entrégale a cada persona la tarea que más se ajuste a su F.O.R.M.A. (Véase FORMA, acróstico del libro UNA VIDA CON PROPÓSITO, página 257) Cuando se le asigna una labor a la persona equivocada, se suele producir un caos, y tras él, problemas de motivación. Saber delegar significa comprender las tareas, y también las capacidades de los miembros de su equipo, con el fin de poner las responsabilidades correctas en manos de los obreros que mejor las puedan desempeñar.
4. Un líder motiva. Cuando organices algún proyecto, permite que exista la idea de pertenencia. Ayuda a la gente a sentir que el proyecto le pertenece. La gente trabaja con más dedicación cuando tiene un interés personal. “Entonces el sumo sacerdote Eliasib y sus compañeros los sacerdotes trabajaron en la reconstrucción de la puerta de las Ovejas. La repararon y la colocaron en su lugar, y reconstruyeron también la muralla desde la torre de los Cien hasta la torre de Jananel” Nehemías 3:1
La puerta de las Ovejas era el lugar donde se sacrificaba a setos animales para el templo y por eso, Nehemías les asignó aquel lugar a los sacerdotes. Al permitir que cada cual trabajará cerca de su zona de interés, demostró el principio de la organización. Las buenas organizaciones permiten que los trabajadores desarrollen sus propias áreas de trabajo.
5. Un líder promueve la unidad. Como líder, haz cuanto puedas para animar a trabajar bien en equipo. A lo largo del libro de Nehemías leemos la expresión “el tramo siguiente” o “el siguiente tramo”. Al trabajar como equipos bien organizados de personas que ya se conocían y que habían trabajado juntas, la gente se ayudaba y se animaba mutuamente. Henry Ford decía: “Reunirse es un buen comienzo, mantenerse juntos es progresar, pensar juntos es tener unidad, y trabajar juntos es triunfar”.
La colaboración es un motivador más grande que la competencia; lo hace sentir a uno que forma parte de un equipo ganador. “Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro.¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! Eclesiastes 4:9-10
6. Un líder administra. Es interesante observar que en el libro de Nehemías nos e menciona nunca el nombre del propio Nehemías. ¿Dónde estaba? Estaba en la primera línea supervisando las labores. He aquí dos principios que debemos comprender a partir del ejemplo de Nehemías. Las buenas organizaciones establecen líneas de autoridad claras. La gente hace lo que uno inspecciona; no lo que uno espera.
7. Un líder agradece. Las buenas organizaciones reconocen el esfuerzo. El reconocimiento a lo que hacen los demás para lograr que sus proyectos se conviertan en realidad es tal vez el principal propósito del tercer capítulo de Nehemías. Hay unas cuantas cosas que necesitamos observar acerca de este principio del reconocimiento. Nehemías los conocía por sus nombres. El reconocimiento es un principio de buena organización.
Desarrolla formas de hacer que las personas sepan que estás haciendo un buen trabajo. Tal como lo hizo Nehemías: “El tramo siguiente, es decir, el sector que va desde la esquina hasta la puerta de la casa del sumo sacerdote Eliasib, lo reconstruyó con entusiasmo Baruc hijo de Zabay” Hehemías 3:20
En griego, la palabra “entusiasmo” significa “poseído por Dios” . Cuando es Dios quien posee, se nota. Las buenas organizaciones reconocen y recompensan los esfuerzos.
No todos vamos a ser pastores, ni vamos a renunciar a nuestro trabajo para dedicarnos por completo a la obra del ministerio. Sin embargo, todos los cristianos sí hemos sido llamados a servir, a ministrarles a los demás. El cristiano que no sirve, no sirve y es una contradicción. Dios espera de nosotros que nos involucremos en el servicio a los demás.
Dios le ha dado a cada uno de nosotros distintos dones con diversos propósitos. Sin embargo, no permitas que esos dones se interpongan en el camino del ministerio práctico. Sin embargo, Dios también te llama a trabajar más allá de lo que abarcan tus dones espirituales. De todos aquellos que están en las listas de Nehemías, no hay ninguno que sea constructor profesional de muros.
Nehemías menciona tres clases de personas: Estaban los que no trabajaron, los que trabajaron algo y uno que hizo su trabajo con entusiasmo. A Dios le interesa lo que estás haciendo. Aunque nadie más lo note, Dios sí lo ve, y lo recuerda. Lo está escribiendo todo, y un día en el cielo te va a enseñar esa lista.
Nehemías menciona tres clases de personas: Estaban los que no trabajaron, los que trabajaron algo y uno que hizo su trabajo con entusiasmo. A Dios le interesa lo que estás haciendo. Aunque nadie más lo note, Dios sí lo ve, y lo recuerda. Lo está escribiendo todo, y un día en el cielo te va a enseñar esa lista.
Hay un buen número de cosas que estamos haciendo ahora mismo, que no van a significar nada dentro de diez años, pero en este momento sí. Las Escrituras dicen que así como cada uno de nosotros tiene un cuerpo con muchos miembros, y esos miembros no tienen todos las misma función, también en Cristo, nosotros, que somos muchos, formamos un solo cuerpo, y cada uno de los miembros les pertenece a todos los demás. Tenemos dones distintos y los debemos utilizar.
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